Las últimas manifestaciones habidas estos días en Lhasa, la capital del Tibet, nos recuerdan la ocupación que sufre este país por parte de China (quien acusa de estas revueltas al entorno del líder espiritual Dalai Lama).
Estamos en año olímpico y China se juega su imagen internacional en esta cita, de ahí que sea una gran oportunidad para que el resto del mundo reclame una mayor apertura de este país, en cuanto a derechos humanos, censura y libertad en general se refiere.
Libertad para los tibetanos y libertad para los chinos.
Es muy triste tener que vivir todavía este tipo de sucesos en los tiempos que corren, y sobretodo tratandose del pueblo Tibetano, por el que siento una especial debilidad. En cuanto a que las grandes potencias se involucren, me da a mi que va a ser bastante complicado. En el panorama actual China infunde muchísimo respeto, y buscarse un problema con ellos no creo que este en la mente de muchos de los grandes gobernantes actuales. Un ejemplo orientativo es que Alemania, Francia, y otros cuantos paises ya han dejado claro que de boicot a los Juegos Olimpicos, nada, de nada.
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