Cuando miras atrás
y todos los recuerdos de entonces
empiezas a vislumbrar
lo difícil que tuvo que haber sido.
Y es ahí que empiezas a entender
quienes son en realidad tus padres,
las decisiones que tomaron
y las que otros tomaron por ellos.
Y entre las risas,
las lecciones que da la vida y el amor
comprendes que tus padres no son más que niños grandes.
Y sólo entonces te das cuenta
de lo complejo que es el mundo,
y lo agradecido que les estás
por los sacrificios que les supuso
amarse el uno al otro y amarte a ti.
La mayor parte de Europa no reconoce a esta familia.
Echa una mirada al pasado para luego mirar hacia adelante.
Afortunadamente vivo en un país en el que sus ciudadanos hace ya mucho tiempo que vivimos con normalidad la existencia de muchas tipos de familias, con respeto a la diversidad y a la libertad de cada uno, sin discriminación. Y desde hace pocos días, pese a las presiones de la Iglesia Católica y otros grupos conservadores, además, estas nuevas formas de familia tienen todo el respaldo legal que puede aportar una sentencia favorable del Tribunal Constitucional.
Y yo me alegro profundamente por esas familias.
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