sábado, 3 de agosto de 2019

Sardegna 2019



Viajar a un destino con gente oriunda del lugar tiene grandes ventajas. De esta forma, consigues aprovechar mucho más el valioso tiempo de las vacaciones  (que siempre pasan “muy rápido”, para todos) y también puedes evitar los sitios más masificados y “turísticos”. Además, dispones de información de primera mano sobre la cultura, la gastronomía, etc. y, sobre todo, la forma de vida y la cotidianeidad de sus gentes. Así que, gracias a la amistad de Timoteo Gasparro y su familia, no podía dejar de pasar la oportunidad de pasar unos días en la isla de Cerdeña. Un viaje para conocer la capital, Cagliari, y algunas de sus mejores playas.

Una semana no es mucho tiempo pero sí el suficiente para tomar el pulso del pueblo sardo. Y, en primer lugar, tengo que decir que durante toda esa semana me sentí como en casa. Primero porque encontré un país acogedor, de gente amable, y segundo, porque toda la familia Gasparro hizo lo posible para que me sintiera como uno más y parte de esa familia. 

Viernes 05/07/19 por la mañana, salida del Aeropuerto de Asturias (VOLOTEA) con destino Barcelona, para enlazar en el Aeropuerto El Prat Josep Tarradellas con Cagliari. Por lo demás, tarde de espera en el Aeropuerto de Cagliari Elmas hasta la media noche, momento el que llegaban procedentes de Pescara, Nico, Andrea, Dana y Timo. Por fin, ya  estamos todos, sólo falta hacernos cargo de la autocaravana (en el mismo aeropuerto) y disponernos a pasar la primera noche a bordo.

Primer día en Cerdeña, en Cagliari, la capital, que dedicamos a visitar a parte de la familia Gasparro. Y sin más dilación, después de pasar por el supermercado para aprovisionarnos, emprendemos nuestra aventura en autocaravana.




Partimos hacia el norte siguiendo la carretera costera de la parte este de la isla, una carretera estrecha y llena de curvas pero que atraviesa paisajes espectaculares, salpicados de playas y calas a cual más atractiva. Un poco más adelante, con el fin de anticipar un poco nuestra llegada al camping en el que pernoctaremos esta primera jornada de viaje, tomamos carreteras del interior.  Y así, en poco tiempo, arrivamos al Campeggio Tiliguerta, que se encuentra en Muravera (Capo Ferrato), a unos 75 km.  de Cagliari.




Campeggio Tiliguerta es un campíng de primera categoría, en primera línea y con acceso directo a la playa. Cuenta con un buen restaurante, entretenimiento y una piscina espectacular. Así que en la jornada que pasamos allí alternamos playa y piscina de continuo.  Y para cenar, por supuesto, no podíamos dejar de probar la pizza, cada uno a su gusto, y la mía, pizza hortelana, no puedo decir más que estaba perfecta, vamos que me encantó.



Viajar con niños supone no estirar mucho las jornadas al volante y procurar pernoctar en campings, más comodidad y tranquilidad para todos. Así que, en nuestro tercer día de vacaciones en Cerdeña tratamos de no rodar demasiado y llegar cuanto antes a nuestro próximo destino, Cala Gonone, a unos 140 km.  de Muravera (Capo Ferrato).

Después de subir un pequeño puerto, atravesamos un  túnel y nada más salir de este túnel nos encontramos desde lo alto con unas vistass espléndidas.. Al fondo el mar, y abajo del todo el pueblo de Cala Gonone. De Cala Gonone sólo se puede decir una cosa, que es un pueblo espectacular, sobre todo por sus playas de aguas transparentes y de un azul tan intenso que recuerdan al Caribe. Y no exagero nada. 

Teníamos reserva en el Campeggio Car Palmasera, a cinco minutos del pueblo de Cala Gonone y a 400 metros de la playa. Dedicamos la tarde a la playa, como no podía ser de otra forma.  Al final del día, en el mismo camping, ya dejamos alquilado un barco para el día siguiente.




¡Y llegó el gran día! Vamos a pasar toda la jornada de cala en cala, a bordo de una zodiac y disponiendo a nuestro gusto de  todo el tiempo.  Snorkel, comida, fueraborda y baño… y vuelta a  empezar.




Bajamos del campíng al puerto en una furgoneta del propio Camping Car Palmasera. En el mismo puerto y antes de salir a navegar recibimos  las instrucciones  pertinentes de la empresa de alquiler y….  ¡a la aventura!. Zarpamos con el tiempo nublado, incluso caen cuatro gotas, pero no hay mal que por bien no venga, así hace menos calor. “A toda máquina, capitán”, y lo de capitán además con razón, porque Timo es Capitán de profesión, así que disponemos  en nuestra zodiac de un Capitán de Transatlánticos en toda regla. Poco a poco el día va abriendo, sale el sol y esto consigue que el color de las aguas se transforme en un azul idílico. Navegamos a través del Golfo de Orosei  y arribamos primero a Cala Goloritze, Patrimonio de la Humanidad, por cierto. Es hora de nadar, estrenar  la máscara de snorkel  y disfrutar al máximo. 




Nos movemos de vez en cuando y tiramos el ancla aquí y allá, Cala Luna, Grotta del Bue Marino…  Rocas, peces, aguas turquesas, acceso a cuevas y playas vírgenes… sencillamente espectacular. Todos disfrutamos al máximo, los niños y también los mayores comportándonos  como niños. Y faltaba la vuelta. El retorno a puerto fue excitante y a la vez espectacular para todos, porque la mar ya estaba un  poco revuelta y la zodiac volaba saltando de ola en  ola. Por supuesto, todo el mundo pasó por el puesto de piloto, y bajo la prudente miranda de nuestro capitán Timo, todo el mundo se lo pasó en  grande.




Desde la misma zodiac habíamos reservado para cenar en Agriturismo Nuraghe Mannu, con el fin de dar buena cuenta de una muestra de la comida sarda de la zona. Y hay que decir que nos nos defraudó en absoluto sino todo lo contrario, quedamos extraordinariamente satisfechos. Como curiosidad, señalar que Agriturismo Nuraghe Mannu sirve un menú único y para  todo el comedor a la vez, concretamente a las 20,30 horas.  Son siete platos regados con vino de la zona y, además, de raciones abundantes (y si quieres repetir también puedes). Sencillamente espectacular…


“Il menu tradizionale comprende, a seconda della disponibilità dei prodotti, antipasti di salumi, coratella, insalata di nervetti, “tataliu”, primi piatti di pasta fresca con ragù di maiale e formaggio, il saporito spezzatino di capra o pecora, gli arrosti di porcetto, agnello o capretto alla brace, preparati da Mario secondo la tradizione dorgalese… e poi ancora le nostre speciali “seadas” ripiene di ricotta, zucchero e limone, o quelle più tipiche con formaggio caprino e miele, il tutto accompagnato dal corposo Cannonau e dalle grappe aromatizzate di nostra produzione”.



Estamos en el ecuador de nuestras vacaciones y lo estamos pasando muy muy bien. Y eso a pesar del calor, los mosquitos, la vida un poco “apretada” de cinco personas en  un espacio tan reducido …  Pero la libertad de vivir sin horarios, de ir y venir a nuestro antojo con la autocaravana, el relax que proporciona no tener las preocupaciones de la vida cotidiana…  sin duda compensa cualquier contratiempo.

Dejamos atrás Cala Gonone para cruzar hacia la costa occidental. Una jornada de viaje con la que pretendemos  conocer la parte montañosa de la isla. Y lo que más nos sorprende de estas montañas, no muy altas pero sí escarpadas, es el olor especial y característico del mediterréneo que se respira. Flores y plantas aromáticas de todas clases rodean las carreteras estrechas por las que transitamos.  Pueblos típicos y pequeños puertos de montaña que nos enseñan otra  Cerdeña rural y diferente a la de la costa, pero que también queríamos conocer. 

Antes de volver a la capital, Cagliari, todavía nos quedaban un par de jornadas que pensábamos disfrutar en Torre di Chia. Pernoctamos en el Campeggio Torre Chia, también con acceso directo a la playa, y aprovechamos el mismo día de llegada para darnos un chapuzón por la noche en la playa. Absolutamente extraordinario el baño nocturno, bajo una  noche estrellada y de temperatura muy agradable, con la mar absolutamente en calma. Quedamos encantados. Al día siguiente nos bañamos entre las rocas en un mar de aguas también azul turquesa que nos recordaba al de Cala Gonone de días anteriores.




Y así, poco a poco, ponemos  rumbo de vuelta a Cagliari. Ultimos días en la capital, para  conocer la parte antigua (el Anfiteatro Romano, Catedral de Santa María, Bastión de San Remy, Torre del Elefante y Barrio de Castello , Torre de San Pancracio, Plaza y Palacio de Viceregio… ).




No nos  podíamos despedir de Cagliari sin disfrutar de la cocina sarda típica marinera. Así que acudimos junto con toda la familia Gasparro a la Trattoría Lillicu, en la parte vieja de la ciudad y muy cerca del puerto. Definitivamente, nos encantó, absolutamente recomendable. Empezando por un entrante de seis platos de pescado, atún, pescado en escabeche, mejillones al vapor, ensalada de pulpo, gambas y pescado frito, y siguiendo por dos platos de pasta, spaguetti alle vongole (con almejas) y cuenco de botarga  (huevas secas de mújol) y frégola  frutti di mari (unas bolitas muy pequeñas de pasta tradicional sarda con marisco). Como principal tomamos marisco, muy fresco y sabroso, (centollos y langosta al natural, cocida y servida con aceite de oliva virgen extra). Por si todo esto fuera poco, todavía faltaba el postre (dulces típicos), cafés y chupitos de mirto (licor típico de Cerdeña).  Extraordinario menú, en cantidad y en calidad. Si alguna vez acudes a Cagliari no dejes de pasar por la Trattoría Lillicu, un restaurante típico, casi centenario y que te va a encantar, estoy seguro.




Y como todo principio tiene también su final, nuestras vacaciones se estaban acabando. Más morenos y más felices, satisfechos de disfrutar de esta maravillosa tierra que es Cerdeña, de su gente, su comida, sus playas…, extraordinaria. Para los que no la conocíamos, como es mi caso, no puedo decir nada más que me encantó, volvería sin dudar y algún día espero hacerlo. Por supuesto, para Timo, para los niños, es su tierra, su origen, y por tanto la aman y tamibién, como no podía ser de otra forma, la extrañan cuando están lejos.

Adiós, Cerdeña, pero no es un adiós sin más, es un “hasta la próxima”.




Share:

0 comentario/s, ¡gracias por dejar el tuyo!:

Publicar un comentario